Gracias a su remota posición geográfica en el Pacífico Sur estas islas fueron uno de los últimos lugares descubiertos por los europeos. Esto les ha permitido seguir siendo un "paraíso tropical", que para el hombre moderno es un cambio bienvenido.
Mar y Costa
A mitad del camino entre Australia y California en medio del inmenso Océano Pacífico y lejos de los demás continentes, se encuentra en la Polinesia Francesa, un lugar muy popular entre los turistas que alquilan yates debido a su distancia de otros continentes.
130 islas, que cubren un área de aproximadamente 4200 kilómetros cuadrados están divididas en cinco archipiélagos: 4 de ellos son de origen volcánico y uno de origen coralino. Estas islas tropicales con su línea costera de 2525 kilómetros son una “meca” del turismo, deportes acuáticos y alquiler de barcos. Esto se aplica particularmente a Tahití, la isla más conocida de la región.
El paisaje de las islas de origen volcánico es irregular, mientras que las islas de origen coralino son planas y bajas. Algo muy especial son las famosas playas de arena negra de las islas, formadas por la roca fosfórica - un lugar perfecto para tomar el sol todo el día.
Algunas islas tienen picos de hasta 2000 metros de altura y la vegetación es muy variada dependiendo de la altura. En toda la Polinesia Francesa es la flora es abundante, debido al clima tropical que tienen las islas. La vegetación es abundante incluso en altitudes elevadas, donde hay muchos helechos y flores fragantes. La flor nacional de la Polinesia Francesa es la flor de tiaré, de ella se hacen hermosos collares, con los que los habitantes de las islas reciben a los turistas.
El clima de la Polinesia es caliente, las temperaturas no sólo del aire sino también del agua son altas. La temperatura media del agua es de 26 grados centígrados incluso en invierno. La temporada de verano dura de noviembre a abril y la temporada seca y fría de mayo a octubre. Hay que tener en cuenta los ciclones ocasionales que afectan a la región.
Historia y cultura
Polinesios habitaban la isla desde hace cientos de años antes de la llegada de los europeos. Tras algunas expediciones portuguesas y danesas, a mediados de 1760 llegó aquí el capitán James Cook. Aunque los ingleses llegaron primero, fueron los franceses quienes empezaron a anexar las islas.
En 1946 la isla fue convertida de colonia a territorio de ultramar de Francia, y todos los habitantes recibieron la ciudadanía francesa. Esta autonomía relativa fue ampliada en 1977, cuando la Polinesia Francesa recibió autonomía parcial. Desde 2004 Polinesia Francesa es una colectividad de ultramar.
Además de la famosa Tahití, los turistas que alquilan yates pueden visitar las demás islas como Raiatea, Moreea y Bora Bora que son igualmente atractivas, aunque más pequeñas. Estas islas son un lugar ideal para los turistas que prefieren la paz en vez de las playas llenas de gente en plena temporada turística.
Experiencia de navegación
Las mareas en las islas casi no se notan ya que la fuerza de marea es neutralizada por la enorme masa de agua del Océano Pacífico. Esto facilita las maniobras y el anclaje dentro de los puertos deportivos. Un buen momento para las vacaciones en la Polinesia Francesa es el mes de abril, cuando prevalecen los vientos alisios favorables para la navegación, que soplan principalmente desde el este. El peor mes es julio, cuando los vientos se hacen más fuertes, y el tiempo entre diciembre y febrero, cuando se producen las mayores precipitaciones.