El nombre de esta ciudad se hizo famoso gracias a sus vinos, pero Marsala tiene mucho más para ofrecer: una mirada a la antigua historia de Italia, paisajes rurales, excelente comida y naturalmente un excelente lugares para las vacaciones en barco.
Información general
Uno de los puertos más al oeste del mar Mediterráneo es Marsala, cuyo nombre viene de la palabra árabe “Marsa Alá”, o sea “el puerto de Alá”. La ciudad fue construida en el sitio de la antigua metrópoli romana Lilybaeum, de la cual no quedó prácticamente nada, aunque el plan de la ciudad aún conserva la forma del antiguo asentamiento romano.
La ciudad pertenece a la provincia de Trapani, en Sicilia, y tiene costa muy baja, algo que favorece el desarrollo de la industria vitivinícola. Está rodeada de viñedos, que producen el famoso vino de Marsala, típico de la región.
Como llegar
La mejor manera de viajar a Marsala es el viaje en avión. El aeropuerto de Trapani-Birgi está a sólo 20 km, hay vuelos diarios de las principales ciudades italianas, como Milán y Roma. También hay vuelos desde la vecina isla de Malta.
Cualquier persona que haya visitado Marsala puede decir que para llegar aquí se pasa por regiones realmente hermosas. Para llegar aquí hay que viajar por la autopista A29 desde Palermo, y la distancia que hay que superar es de 150 km, lo que significa aproximadamente una hora de viaje. Es una autopista sin peaje pero en todo este tramo no hay ninguna estación de servicio, así que vale la pena controlar la cantidad de combustible antes de salir de viaje.
Desde Palermo a Marsala también se puede llegar en tren. Los trenes salen todos los días y el viaje dura poco más de 3 horas. Una alternativa más económica es viajar en autobús de la empresa Autroservizi Salemi que también sale de Palermo. El puerto comercial más cercano es Trapani, situada a una distancia de 31 km, pero en Marsala hay algunos puertos turísticos donde se puede parar si se llega en su propio barco.
Antes y después de la navegación a vela
Muchos turistas que alquilan barcos seguramente conoce Marsala por el famoso vino dulce cuyo sabor se parece al Oporto y que se produce aquí. Pero además del vino hay otras cosas que hacen de Marsala un lugar interesante para los turistas.
Lo que queda de la antigua ciudad de Lilybaeum son las murallas de la ciudad, los fundamentos de algunos edificios a la orilla del mar y las cuadradas losas de piedra. Pero Marsala no es sólo la historia antigua y un ejemplo de monumentos más recientes puede ser el Cine Impero construido en el estilo futurista italiano que era popular en la época del fascismo.
Los monumentos de la arquitectura religiosa son principalmente Complesso Monumentale San Pietro, un antiguo monasterio benedictino, que en la actualidad es una galería de arte, el Convento del Carmine, también una galería de arte y la catedral de Marsala, situada en la plaza principal de la ciudad - Piazza della Republica.
A pesar de que la cocina siciliana sea parte de la cocina italiana, las influencias árabes son presentes en ella y se notan hasta hoy. Albaricoques, el azúcar y los cítricos se utilizan incluso a los platos salados y fritos. Uno de los platos que hay que probar aquí es el pollo al Marsala, hecho con setas y con el vino de la región.
La vida nocturna no es tan interesante como podría uno esperar, ya que Marsala es una ciudad antigua y tranquila, donde la tradición es muy importante. Sin embargo, en el centro no es difícil encontrar cafés abiertos hasta muy tarde de la noche.
Eventos y acontecimientos
En Marsala no hay mucha vida nocturna y lamentablemente tampoco hay muchos eventos. Sin embargo en la ciudad hay muchas cosas interesantes que vale la pena ver. Si ya habéis conocido todo el paseo marítimo, se puede ir a las playas y piscinas que son gratuitas y están abiertas para los turistas que alquilan barcos.
Fuera de la ciudad se encuentra la laguna Stagnone y en ella pequeñas islas, entre ellas la isla de Moti, que es una reserva natural, y Salinas, un lugar muy pintoresco, con una serie de establecimientos que sirven para obtener la sal, como los molinos de viento.